Este es el título de un dibujo tomado del libro “Cuaderno para pensar” de Mathilde Theérizols, y justo hoy, con el inicio de septiembre, me ha hecho reflexionar.

El mes de Septiembre es el mes de los comienzos y los nuevos propósitos, casi como un adelanto del día de fin de año. En septiembre volvemos al cole, al trabajo, a las rutinas y hacemos un balance sobre cosas que queremos que cambien. Este es el mes en el que uno se propone comercomer más sano, dedicarse un poco de tiempo para sí mismo, hacer deporte, aprender un idioma…pero ¿qué nos pasa que normalmente estas buenas ideas no suelen durar más de un mes? ¿somos víctimas de las circunstancias? ¿no sabemos priorizar? ¿no somos capaces de anticipar los obstáculos? ¿son metas irreales? ¿tenemos expectativas muy altas? ¿o simplemente nos entra la vagancia y las abandonamos?

Por supuesto, la respuesta no es simple, por eso creo que merece la pena que reflexionemos sobre qué o quién nos come en nuestro día a día. Tal vez nos dejemos comer por el trabajo, por no saber poner un fin y cumplir nuestro horario de salida. En este caso, nos tocará revisar porque para nosotros es tan importante sentirnos valiosos en el ámbito laboral.

También puede ser que nos dejemos comer por la rutina y nos de miedo el cambio aunque sepamos racionalmente que los nuevos propósitos van en pro de nuestro bienestar. Tal vez nos de miedo lo que puedan pensar los demás si empezamos a priorizar nuestras necesidades por encima de la de nuestros hijos o nuestra pareja ¿Se vería muy egoísta? ¿Estaría mal visto si decido invertir en mí y en mis amigos y hacer planes con ellos sin mi pareja? ¿Seríamos unos malos padres si un par de días a la semana nos cuidamos durante una hora y le damos pizza a los niños para cenar?

Como veis, hay más preguntas que respuestas y responder a estas preguntas es difícil, ya que nos acecha la ambigüedad de los “depende”. Por ello, te invito a ir a lo más profundo y ver qué nos pasa a nosotros realmente, cómo nos sentimos y qué pensamos cuando nos planteamos la pregunta ¿quién quiere comerme?