Desde Esther Matas Claver Psicología se ha promovido siempre el auto conocimiento, el aprovechar la información y el saber que nos traen nuestras emociones, nuestro cuerpo y valernos de él. Pero también soy consciente de que éste es una viaje que asusta, ya que es una viaje único que sólo podemos hacerlos solos. Sí, es verdad, puede guiarte un terapeuta, pero al final, el trabajo es personal, de uno mismo consigo mismo y eso genera incertidumbre y miedo a lo desconocido.

Cuando uno decide embarcarse en un viaje como éste, uno necesita espacio. Espacio para crear sus propios rituales, entendiéndose aquí almaritual como una manera de dar cobijo a sus emociones y sentimientos más profundos. Todos necesitamos elaborar de una manera consciente o inconsciente un ritual de salvaguardia de nuestras profundidades, para de esta manera, poder reequilibrar el sistema, nuestro sistema emocional.

Y en este sentido, no nos vale que nuestro primo, vecino o amigo del alma nos preste el suyo, hemos de encontrar nuestro camino. A algunas personas les vale la meditación del yoga, a otras rezar con su Dios, a otras quedarse en casa en su rinconcito, a otras hacer mindfulness …

Como cada uno es único, cada alma necesitará un cobijo diferente. Porque aunque parezca que todos buscamos lo mismo: “ser felices”, cada uno busca la felicidad de una forma y la palabra felicidad adquiere millones de significados dependiendo a quién le preguntemos.

Lo importante es que no nos pase como al famoso mendigo de Tolstoi, que llevaba toda la vida pidiendo en las calles para tener dinero, sin darse cuenta de que estaba sentado en una vasija repleta de monedas. No se dio cuenta de que ya tenía aquello que andaba buscando.

Con todo ello, te invito a abrir bien los ojos del alma para encontrar las riquezas que parecen invisibles.