El proyecto Studia tiene como objetivo ayudar a aquellos jóvenes que padecen enfermedades de larga duración para que no abandonen sus estudios. Hasta ahora, se daba apoyo escolar, tanto hospitalario como domiciliario, a los niños en edad infantil y con escolarización obligatoria, para que no perdieran el curso escolar o no se viera afectado en demasía su ámbito académico. Dicho apoyo, es ofrecido habitualmente a través de diversas asociaciones.

Pero ¿qué pasa con aquellos jóvenes que están en la Universidad y no pueden o tienen dificultades para seguir con sus estudios? ¿Qué ocurre cuando la escolarización deja de ser obligatoria, se acaban las ayudas?cole-hospital

Con el objetivo de brindarles ese apoyo a los jóvenes, la profesora Lola Josa (Departamento de Filología Hispánica de la Universidad de Barcelona) y Francesc Casas (Oncólogo del Hospital Clinic) codirigen dicho proyecto que lleva en marcha desde el 2010 y que actualmente va ampliando la población a la que se dirige. De hecho, ahora mismo los alumnos de cualquier Universidad de Cataluña y del resto de España que estén recibiendo tratamiento en Barcelona pueden beneficiarse y no romper con su curso formativo.

Para la consecución de dicho objetivo imparten seminarios y clases de refuerzo, median entre el alumno y el profesorado, tutorizan y supervisan la realización de pruebas o exámenes y realizan todo tipo de gestiones académicas.

Para un joven que ha decidido embarcarse en el camino de cursar una formación no obligatoria, dicha decisión se convierte en el eje principal de su vida, ya que dicha formación pasa a ser un elemento principal a la hora de definir su identidad. Cuando uno decide qué quiere estudiar y a qué se quiere dedicar en un futuro, nuestra vida cambia, es una de las decisiones más importantes que tomamos a lo largo de nuestra vida y supone un hito en nuestro desarrollo evolutivo. En esos años crecemos a nivel personal y profesional, por eso es tan importante el poder seguir con la meta que nos hemos marcado.

El poder continuar con nuestras decisiones a pesar de sufrir una enfermedad de larga duración, contribuye a que podamos seguir desarrollando el resto de áreas de nuestra vida, ya sea la social y personal, como la académica y profesional. Todo ello, hace que nos sintamos mejor, que nuestra sensación de bienestar y de utilidad aumente, lo que hace que disminuya la sensación de impotencia y de tristeza que en muchas ocasiones acompaña a enfermedades, como por ejemplo, el cáncer.

Me gustaría impulsar este tipo de iniciativas y espero que en breve, todos tomemos conciencia de la necesidad y la importancia de poder seguir con nuestros sueños.