¿En qué consiste una terapia infantil? ¿Qué hace un terapeuta infantil? ¿Tengo que entrar yo con el niño? ¿Cuánto dura? ¿Hay que ir varias veces? ¿Qué hace el psicólogo con el niño? Estas y mil preguntas más son las que muchos padres se plantean antes de tomar la iniciativa de llevar a su hijo a la consulta de un terapeuta infantil.

Existen muchos tipos de terapeutas infantil, tantos como tipos de terapia infantil, ya que cada profesional, en función de su formación y trayectoria, utilizará un conjunto de técnicas u otras. Por ese motivo, hemos decidido contaros qué es lo que hacemos desde Ygeia.

Desde aquí se trabaja fundamentalmente desde la perspectiva del apego y el enfoque humanista ¿y esto qué significa? Pues ello quiere terapia-infantildecir que trabajamos desde el respeto hacia el niño y a sus padres. Respetamos al niño como persona única que es, con sus valores y sus cualidades, con sus resistencias y sus defensas. Respetamos al niño tal cual es, aceptándolo de manera incondicional. Al igual que hacemos con sus padres.

Lo importante es crear un espacio donde, tanto los padres como el niño, puedan aprender a reparar el vínculo que los une, es decir, que aprendan otra manera de relacionarse y de estar juntos.

Desde esta perspectiva, el síntoma que el niño manifiesta (problemas de comportamiento, baja autoestima, rendimiento escolar, etc.) pasa a ser una señal que el niño nos da de que algunas de sus necesidades no están siendo satisfechas y que ello le esta generando malestar. El terapeuta infantil puede ayudar al niño a través de cuentos, dibujos, juegos y la palabra, a verbalizar ese malestar, aprender a sentirlo sin quitarle importancia y diferentes maneras de gestionarlo.

Para abordar dicho malestar o síntoma, necesitamos la ayuda de los padres, por eso vienen a consulta una vez al mes habitualmente. Los padres pasan a ser los coterapeutas, los mejores referentes de ayuda y protección para su hijo. En estas sesiones de padres reflexionamos sobre qué respuestas automáticas damos, cómo intentamos poner límites, cómo nos sentimos ante determinadas conductas de nuestros hijos o situaciones que se nos plantean…

Por otro lado, cada familia, cada niño y cada padre necesita un tiempo personal, por ello es tan difícil establecer una duración concreta.

El día a día de los padres puede llegar a ser duro y compaginar el trabajo con el cole y las actividades extraescolares de los niños resulta un tema complejo muchas veces, ello es lo que hace que en ocasiones prefiramos recetas mágicas y rápidas. La mala noticia es que como cada familia y cada niño son diferentes, no existen recetas mágicas que valgan para todos y en todos los momentos. Por ello, os animamos a reflexionar sobre cómo sois como padres y qué necesidades tenéis, vuestros hijos y vosotros, y si ambas están siendo satisfechas como os gustaría. Os animo a buscar un espacio de reflexión si lo necesitáis, por vuestro bienestar y el de los pequeños.