Todos tenemos un personaje con el cual funcionamos en nuestra vida diaria y nos sentimos seguros. De hecho, si nos pidieran que nos describiésemos a nosotros mismos, el personaje aparecería en la mayoría de nuestras características. De esta manera nos convertimos en “el maduro”, “el alocado”, “el bromista”, “el torpe”, “el inteligente”…Nos identificamos con el personaje y nos agarramos a él con uñas y dientes, ya que en algún momento de nuestra biografía nos ha ayudado a superar situaciones difíciles, en definitiva, a sobrevivir.

personalidadPero ¿qué pasa cuando nuestras defensas bajan y sale nuestro verdadero yo? ¿qué pasa cuando nos cansamos de este personaje, se puede cambiar? ¿qué pasa cuando el personaje ya no nos aporta beneficios, sino que encima no nos deja seguir avanzando?

Nuestro personaje es un “escudo” que formamos en un momento dado para sobrellevar una situación y que nos aporta una identidad, sin darnos cuenta se convierte en nuestra manera de funcionar “automática”. El conflicto surge cuando nos damos cuenta de que ya no necesitamos ese escudo ni esa identidad, porque hemos evolucionado y queremos avanzar. Es entonces cuando “el maduro”, tiene ganas de alocarse y de dejar de cargar con todo o el “alocado”, está harto de ser el payaso de feria y quiere que le tomen en serio.

Al quitar el personaje dejamos que salga nuestro verdadero yo y nuestro ambiente se sorprende, de hecho nos pide que sigamos con el personaje de siempre, ya que es más cómodo (aparentemente) y conocen perfectamente como funciona. En este punto es donde surgen los miedos, si dejo salir a quien soy realmente ¿seguiré gustando a los demás? ¿me seguiré gustando yo mismo o descubriré que hay partes de mí que no me agradan? Como todo en esta vida, hay que tomar decisions y habrá cosas que nos gusten y otras que no, aspectos de nuestra forma de ser que nos encanten y aspectos que necesitaremos madurar e incluso cambiar, pero ¿por qué seguir viviendo con una máscara?

Os invito a que reflexionéis sobre cuál es vuestro personaje, cuándo se pone en funcionamiento y qué ventajas o inconvenientes os aporta. A partir de ahí, es decision vuestra seguir con él o arriesgaros a cambiar. Decidais lo que decidais, sera lo correcto en vuestra situación. ¡A por ello!