En este Año de Envejecimiento Activo y Solidaridad Intergeneracional me gustaría destacar la increíble labor que hacen muchos abuelos contribuyendo al cuidado de sus nietos. De hecho, un estudio llevado a cabo por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y la Obra Social Caja Madrid, afirma que la mitad de los abuelos españoles cuidan a sus nietos diariamente y que el 22% lo hace durante más de siete horas diarias, lo que les convierte en una parte fundamental de la educación de estos niños.

Dichos abuelos se convierten así en las principales figuras de apego y cuidado de sus nietos, debido a que en la mayoría de los casos, los padres deben cumplir un extenso horario laboral. Gracias a esta labor, actualmente, muchas familias pueden subsistir económicamente en los tiempos que corren.abuelos-y-nietos

Además, los abuelos se enfrentan a un doble reto, por un lado, desean ser ese tipo de abuelos que consienten y miman a sus nietos, pero por otro lado (y al pasar la mayor parte del día con los niños) han de establecer límites y normas acordes con las líneas educativas de los padres. Este ejercicio conlleva un esfuerzo enorme por parte de nuestros mayores, tanto de conciencia plena en lo que uno hace, como de aprendizaje y sentido común.

Los abuelos de hoy son los padres de hace 40 años y en este tiempo, las líneas educativas han cambiado mucho, la forma de educar es diferente a como ellos lo hacían. En palabras del pediatra y director de la Escuela Valenciana de los Estudios de la Salud (EVES), D. Joaquín Ibarra Huesa “Los abuelos, para cuidar a sus nietos del mejor modo posible, necesitan saber qué ha cambiado y por qué”. En esta línea, dicho autor ha escrito un libro titulado “Mis abuelos me cuidan”, el cual es definido como una guía para los canguros del S.XXI.

Para que todas las personas que influyen en la educación de los niños remen en la misma dirección, es necesaria una comunicación abierta, clara y directa entre abuelos y padres sobre las líneas educativa que éstos pretenden establecer y qué hacer en caso de que se rompan, ya que ejercer de abuelo es diferente a ejercer como padre. Ello también facilitaría que los abuelos pudiesen establecer los límites y el grado de compromiso que desean en la educación de sus nietos, previniendo de esta manera que puedan llegar a sentirse utilizados o angustiados.

Pero sin duda, lo que más me gustaría agradecerles a los abuelos es el sentido de pertenencia y los valores que inculcan de manera natural a los más pequeños de la casa. Gracias a las historias que nos cuentan y la información que nos ofrecen del pasado, nos damos cuenta de que no estamos aislados, sino que somos parte de una cadena, de una familia, nos enseñan nuestro origen, que también es el suyo. Estimulan el sentimiento de pertenencia y amor desde el cariño, el compartir y un profundo respeto.

Además, son los primeros en inculcarnos valores del día a día, como saludar cuando entras en algún sitio, decir por favor y gracias, tirar las cosas a la papelera, compartir con el vecino…Actúan de mediadores, entre los pequeños y la sociedad, y con los padres en numerosas ocasiones, tanto para amortiguar la presión de la sociedad en los padres, como para amortiguar la presión de los padres sobre los pequeños (y viceversa).

Con todo ello y mucho más que seguro me dejo en el tintero…Felicidades Abuelos!!