Es habitual oír a nuestros amigos, familiares y compañeros que están estresados, de hecho, es una expresión que utilizamos con mucha frecuencia. Sin embargo, rara vez tomamos conciencia de lo que ello realmente significa o tomamos medidas para que éste disminuya.

esrtesEl estrés nos afecta, no sólo a nivel físico, sino también a nivel cognitivo, conductual y emocional. A nivel físico hace que aumente la tensión muscular, provoca insomnio, dolores gastrointestinales y de cabeza, además de influir en nuestro sistema inmune debilitándolo (ya que aumenta la secreción de citosinas pro-inflamatorias y cortisol, entre otras).

A nivel cognitivo produce un bajo rendimiento de nuestra capacidad de atención y de memoria. Por otro lado, a nivel conductual hace que nos comportemos de una manera más impulsiva y asumamos más conductas de riesgo, por ejemplo, fumamos más, comemos alimentos menos saludables, pasamos por alto determinadas dolencias porque no “tenemos tiempo” de ir al médico, etc. Por último, a nivel emocional, es responsable de nuestra irritabilidad, la falta de motivación, la tristeza y ese sentimiento de indefensión.

Si conocemos sus consecuencias ¿por qué no hacemos nada? Porque lo vemos como algo común y normal, es decir, nos acostumbramos a él y pensamos que a todo el mundo le pasa lo mismo.

También solemos creer que con hacer ejercicio físico o irnos de vacaciones de soluciona. Es verdad que ir al gimnasio o practicar algún deporte nos ayuda enormemente, pero no podemos olvidar que frente a tres o cuatro horas a la semana que le dedicamos, pasamos ocho horas diarias en el trabajo, y frente a un mes de vacaciones, pasamos once trabajando.

Además, como entre semana no nos da tiempo de hacer casi nada, solemos llenar los fines de semana con mil actividades, lo que nos impide realmente descansar, ya que nuestra cabeza esta ¡permanentemente en funcionamiento!

Entonces…¿qué podemos hacer frente al estrés? Por supuesto seguir con nuestros buenos hábitos de practicar deporte y llevar a cabo actividades agradables, como salir con los amigos, pero también aprender a distinguir diariamente entre lo importante y lo urgente, ponernos metas realistas y planificar nuestro día no sólo en base a las obligaciones que tenemos (si queremos podemos darnos un pequeño lujo cada día, es cuestión de organizarse). También nos ayudará vivir en el presente, esto es, ni machacarnos por aquellas cosas que salieron mal en el pasado, ni anticiparnos a las ochenta cosas que tenemos que hacer después. Y lo que realmente es más útil todavía es saber que NO somos INFALIBLES, algo puede salir mal (aunque hayamos intentado preveer todos los detalles y variables que podían influir) y es normal. Tampoco somos IMPRESCINDIBLES, si hay algo que no nos da tiempo a hacer ya lo hará otra persona o sencillamente, las consecuencias no serán tan catastróficas como imaginamos, por ejemplo, si no me da tiempo a poner una lavadora, ya la pondrá mi marido o mi hijo, y si nadie la pone, pues ya se pondrá al día siguiente.

Con todo ello, os invito a disfrutar del fin de semana con calma y serenidad.