La relación entre nuestra forma de comer, el peso y las emociones es una relación que numerosos estudios tratan de abordar, pero que se nos olvida fácilmente a la hora de plantearnos adelgazar.

Cuando queremos adelgazar lo primero que buscamos es una dieta ya sea por internet, a través de revistas, recomendada por una amiga…o en el mejor de los casos consultamos a un especialista, habitualmente, el endocrino.dietas-alimentacion

En este sentido, no tenemos en cuenta que nuestro estado psicológico va a ser un factor determinante a la hora de conseguir nuestros objetivos dietéticos. De hecho, un importante número de personas que quieren adelgazar, no lo consiguen debido a síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad.

No se sabe que fue antes si el huevo o la gallina, es decir, si comemos para aliviar la ansiedad o como no estamos contentos con nuestra imagen corporal, nos surge la ansiedad. Fuera como fuera, lo que queda claro es que necesitamos resolver esos síntomas de ansiedad y averiguar de dónde vienen para no entrar en un círculo vicioso de dietas y básculas.

En el primer caso hablaríamos de un “comer emocional” y el ejemplo más común que encontramos es el de los atracones, ya sean nocturnos o diurnos. El trastorno por atracón es una problemática que, diagnosticada a tiempo, tiene solución, el problema es que normalmente no acudimos al especialista en busca de ayuda y pensamos que ya se nos pasará.

En el caso de obesidad mórbida, por ejemplo, un gran número de psiquiatras plantean la necesidad de resolver los problemas emocionales antes de optar por una vía quirúrgica incluso, ya que si dichos problemas no han sido solucionados es probable que al cabo de unos años estas personas recuperen el peso perdido (incluso habiéndose sometido a una reducción de estómago).

Con todo ello, os animo a que este año os pongáis metas realmente alcanzables y realistas respecto al peso que deseáis alcanzar (teniendo en cuenta vuestras necesidades energéticas y vuestro estilo de vida), y que no dudéis en solicitar ayuda si es necesario, a la hora de resolver tanto dudas médicas como psicológicas.