En estos tiempos de crisis que corren, cada vez se hace más latente la necesidad de sentirnos bien con nosotros mismos, ya que es complicado encontrar la felicidad cuando nuestra cuenta del banco está tiritando. Como dice un refrán popular “el dinero no da la felicidad, pero ayuda”. Es por ello, que durante esta situación económica acudimos más a arreglarnos el pelo, a hacernos la manicura o un tratamiento facial, visitamos más tiendas…Buscamos cambiar de “look” para sentirnos mejor, para recuperar nuestra “fuerza”, nuestro optimismo.

De todo ello son conscientes las empresas dedicadas al tiempo de ocio y el bienestar. De hecho, si abrimos el correo podemos bienestar-felicidadobservar cómo nos llegan diariamente diferentes ofertas dedicadas al mundo de la belleza y el “Well-being”  (bienestar) desde BuyVip, Groupon, Grupalia…las cuales nos ofrecen momentos de felicidad y desconexión a un precio asequible.

Cuando tenemos un problema de cualquier índole, nos sentimos tristes, estamos estresados o hemos tenido un día duro, normalmente nos surge en la cabeza la idea de premiarnos, de hacer algo que nos haga sentir mejor, que cambie nuestro día…y esto, en tiempos de crisis lo hacemos con más asiduidad, es por ello, que este tipo de empresas han crecido durante los últimos años.

Es verdad que el estrenar un nuevo esmalte de uñas o corte de pelo, apuntarse a un gimnasio, comer más sano o “engordar” nuestro armario con nuevos modelitos (tanto chicos, como chicas) contribuyen a nuestro bienestar, ya que nuestra imagen es una tarjeta de presentación no sólo al mundo exterior, sino también un reflejo de cómo nos sentimos, por ello, es importante para nosotros cuidarla. Pero tenemos que cuidarla tanto por fuera como por dentro. Si sólo nos fijamos en lo exterior y lo superficial, dejaremos a un lado lo que realmente importa, los pequeños detalles, esas personas que están cerca de nosotros siempre, independientemente de nuestra apariencia o nuestro estado de animo o esa sonrisa que nos regalan algunos desconocidos. Son estas pequeñas cosas las que dan sentido a nuestra vida y nos hacen sentir realmente felices, independientemente de nuestra envoltura exterior, pero para saber apreciarlas, lo primero que tenemos que hacer es tomar conciencia de ellas, conocerlas y aprender a valorarlas, sabiendo el significado que tienen para nosotros.

Desde aquí, os animo a buscar cada día ese “pequeño detalle” que os hacer sentir especial, ya que esta es la manera más eficaz de encontrar la felicidad, valorando lo que tenemos, y no buscando lo que no tenemos.