Hoy os propongo examinar parte de esas creencias que en ocasiones tenemos tan arraigadas que ni nos damos cuenta de que existen, para ello vamos a recurrir a nuestro amigo Ellis. Ellis fue uno de los fundadores de la corriente psicológica cognitivista y padre de la Terapia Racional Emotiva, dicho autor afirma que gran parte de los problemas emocionales que sufren las personas tienen su origen en los patrones de creencias irracionales que tenemos. Por este motivo nos parece importante reseñarlas, ya que como decía el filósofo Epicteto “las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos”.

Ellis encontró las siguientes creencias irracionales y nosotros os ayudamos a combatirlas:

  • Para ser feliz es necesario que todo el mundo me aprecie, me apruebe y me trate con simpatía. Tengo que ser querido y aceptado”: la realidad nos muestra que es imposible caerle bien a todo el mundo por la sencilla razón de que todo el mundo no me cae bien a mí. Además, mi valía personal no depende de la aprobación de los demás.
  • Tengo que ser útil y eficiente, equivocarse es malo”: pensar que para ser útil tengo en todo momento que ser competente, adecuado y capaz de lograr cualquier cosa me he puesto una tarea más que difícil. Es imposible que todo lo que emprenda, diga o haga me salga a la perfección, ya que por definición, el ser humano es falible. Mi valía no depende de si cometo o no errores porque sin duda, los voy a cometer, sino de qué hago cuando los cometo.
  • Los que hacen cosas malas recibirán su castigo”: pensar que todos los que actúan de manera ofensiva o injusta desde nuestro punto de vista, han de ser condenados, es una visión muy simplista. Además, todos cometemos errores, ¿qué pasa si ves la situación en su conjunto o si te pones en lugar de esa persona? ¿cambia algo?
  • Es horrible que las cosas no salgan como planeo, sobre todo cuando me esfuerzo mucho en ello”: la vida es injusta y si apenas podemos controlar nuestra propia conducta en ocasiones ¿qué nos hace pensar que podemos controlar la de los demás? Es cierto que la previsión y el esfuerzo aumentan las probabilidades de éxito, pero a veces no es suficiente.creencias-irracionales
  • “Debo pensar constantemente que puede ocurrir lo peor”: esperar siempre lo peor no va a evitar que aquello que tememos no vaya a pasar. Es cierto que adelantarnos a la situación nos puede ayudar pero si nos preocupamos demasiado ¿qué precio estamos pagando? Estar anticipando la tarde del domingo la reunión del lunes por la tarde hace que en vez de durar ésta dos horas, dure casi ¡24 horas! Preocuparse sí, amargarse ¡No!
  • Es más sencillo rodear el problema que abordarlo”: pensar que es más fácil evitar que enfrentarse a las responsabilidades y los problemas de la vida no nos va a aportar grandes ventajas. Por ejemplo, imagina que tu pareja ha dicho o hecho algo que de verdad te haya molestado pero para evitar discutir con ella, te lo callas y te lo guardas. Lo haces una vez y otra y otra, y de repente, un día, por la cosa más tonta del mundo estallas. Tu pareja no sale de su asombro al ver tu reacción y tú quedas como una loca. Ignorar los problemas no hace que desaparezcan, si un problema es un problema de verdad, permanecerá. El no afrontamiento solo lleva a que los problemas crezcan, se compliquen, se enquisten y que no te permitan elegir tus batallas.
  • Siempre es necesario tener a alguien más listo y fuerte que tú en quien poder confiar por si aparece un problema”: la realidad es que a veces tenemos una persona idónea con una solución adecuada y dispuesta a echarte una mano, pero ¿qué pasa si un día no está disponible o no tiene la solución? Saber pedir ayuda y delegar es una cualidad importante. Depender de alguien y no asumir que los otros son tan capaces como yo de solucionar las cosas o tienen tantas probabilidades como yo de equivocarse, es un problema.
  • Existe una solución correcta y perfecta para cada problema, si no la encontramos, se va a liar una buena”: la verdad es que existen tantas soluciones como personas, lo lógico es probar la que nos parece más factible y si no funciona, ir probando otras.
  • Las buenas personas se preocupan de los problemas de los demás”: cada uno de nosotros tiene todo el derecho a decidir si le incumbe o no mediar en los problemas de los demás y si ello puede representar una mejora o no para el problema en sí o para su vida. Una cosa es estar dispuesto a echar una mano y otra muy distinta es hacer tuyos los problemas de los demás.
  • Mi pasado es determinante de mi presente y de mi futuro”: es verdad que lo que nos ha ocurrido a lo largo de la vida, bueno o malo, forma parte de nuestra biografía y nos ha llevado a ser quién somos, pero eso no significa que nos determine. Nuestro pasado puede ayudarnos a entendernos a nosotros mismos, pero no decide por nosotros. Somos libres de tomar nuestras propias decisiones, decidir hasta dónde y cómo queremos llegar a nuestros objetivos.

Muchos de nosotros mantenemos estas creencias de una u otra manera, ya que a veces nos sentimos bien o nos tranquiliza pensar de esta manera. La realidad nos demuestra que antes o después, dichas creencias suponen una limitación importante a la hora de alcanzar los objetivos que nos marcamos y lo que nos hace felices.

En este sentido, ¿reflexionamos sobre qué creencias forman parte de vuestra vida y buscamos una forma alternativa? ya que como dice Ghandi “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.